“Educar a un niño no es hacerle aprender algo que
no sabía, sino hacer de él alguien que no existía” J. Ruskin


jueves, 9 de junio de 2011

Bicentenario mas uno

A pedido del público ;)
A continuación les copio el discurso que el Profe Osvaldo Videla Dicalvo escribió y leyó para el acto del 25 de mayo.


Bicentenario mas uno
El presente discurso fue preparado en ocasión de celebrarse los 200 años de la revolución de mayo.  Pero por su alto contenido descriptivo, tranquilamente, podría ser un discurso de 200 años.
Pensar en un relato que haga referencia  a conmemorar  los 201 años de la Revolución de Mayo es por cierto una tarea desafiante. Si a esto le sumamos que debemos comunicar alguna idea que pueda ser entendida por la mayoría  la tarea necesita ciertamente de algo o de bastante Didáctica.
Bien entonces que podemos decir de lo que recordamos como protagonistas de este tiempo mirando hacia el pasado y proyectando el futuro.
La historia que se me ocurrió es la de un cumpleaños. Un nacimiento es el final de una dulce espera que mantiene atentos a propios y extraños cercanos. Cuando se da a luz se llega al fin de una parte de un proyecto. Pero tan pronto culmina empieza otro, el de criarlo, sostenerlo y afianzarlo. Esta historia se inicia en 1810 y nunca se sabrá si fue parto natural o por cesárea. Algunos dicen que nació de nalga. La maternidad es otro tema complicado unos decían que era hija de la madre patria España, otros rumoreaban que fue el producto de una relación clandestina con una Primera Junta o simplemente por andar con la mala junta.
Para celebrar el primer añito estaban todos tan preocupados por difundir la noticia del nacimiento que no hubo tiempo para celebraciones. Igualmente algunos se reunieron y alabaron los primeros balbuceos de la palabra Libertad. Los mas románticos recordaban  si llovía, hacía frío, calor o soplaba el ventarrón.  Otros se reunieron  el 11 de mayo en la casa de una tal Mariquita Sánchez y entre minués y copas le dedicaron una canción. Que empezaba con…Oíd y terminaba con gloria morir!
Pasaron 6 años, 1816, para que la familia se animara a asentarla formalmente. Fue en Tucumán y mientras algunos amiguitos peleaban con los parientes de la madre España, que se asignaba la maternidad, otros se peleaban entre ellos.
El cumplir  15 años o 18 años siempre es un momento de festejos ya sea para el caso de las señoritas o los caballeros. Asumamos que “La Argentina” es femenina pero “el país” es masculino. Así que  el/la los/las nos queda muy bien. Para 1820 o 1825 tampoco hubo mucho tiempo para recordar. Lo que sí fue seguro es que muchos de los invitados no eran los mismos del festejo del primer añito de vida. En especial alguien de apellido San Martín se presentó reclamando la paternidad por los servicios prestados.
El tiempo trascurrido desde los días de mayo de 1810 hasta aproximadamente mayo de 1880 no dejó mucho margen para festejar y recordar. Muchos volvían cansados de las guerras y no tenían ganas de ningún festejo otros simplemente no regresaban. La adolescencia la encontró  sumergida en una serie de guerras por sostener un proyecto del que poco quedaba de aquel deseado antes y durante el nacimiento en 1810. Para los 50 años se le encomendó organizar la fiesta a un grupo de amigos liberales, muchos amiguitos se hicieron presentes haciendo mucho ruido: Alberdi, Echeverría y Sarmiento entre otros. A Sarmiento se le encomendó llevarla a la escuela el primer día de clases. Convengamos que por la edad avanzada entro en la educación de adultos. Todos festejaban haber dejado atrás la etapa del saladero y el campo y el advenimiento del progreso de la máquina. Querían regalarle una madre sustituta pero no se decidían si se llamaría Francia o Inglaterra. Otros simplemente….. inflaban los globos, claro para el cumpleaños. Hubo un regalo sorpresa para la Argentina fue un guardapolvo blanco y un viaje en ferrocarril, la novedad tecnológica de la época. Llegaron invitados de otros países y el feliz cumpleaños se escuchó en árabe, turco, genovés, calabrés, catalán, italiano y cuanta lengua cocoliche habitaba esta tranquila parte del mundo.
El cumpleaños número 80 los encontró hablando de votos, elecciones, partidos político y democracia. Bartolomé Mitre, Leandro N. Alén y José Manuel Estrada estaban muy ocupados como para organizar un cumpleaños. Así que le encomendaron a las escuelas y los cuarteles que desde ahora organicen los festejos para fundar la nacionalidad y consolidar la independencia. Los festejos tuvieron la frialdad de una Roca en julio.
El primer centenario nos encontró divididos en clases sociales y rodeados de ideas diversas sobre explotadores y explotados; fraude y violencia. En el mundo se escuchaban rumores de Guerra Mundial y por aquí se hablaba del “granero del mundo”. Ahora no había un festejo sino varios debido a libres interpretaciones sobre aquel proyectado y deseado nacimiento de 1810. De la madre inglesa recibió una torre con un reloj y de la madre española vino una Infanta que sacando cuentas por su aspecto venía a ser la bisabuela de la madre patria.
Para el cumpleaños 150  Argentina aprendió muchas palabritas nuevas: huelga, represión, sindicato, Tercer mundo, periferia entre otras. Los últimos cincuenta años fueron bastante particulares muchas veces la agasajada enmudeció o por amnesia olvidó palabras como libertad, igualdad, democracia, estado, constitución, derechos humanos e igualdad. Otras se escondieron, desaparecieron o sacaron pasaporte para viajar a otras latitudes y desde allí nos miraban y las mirábamos extrañándolas. Algunas veces llegaron a escondidas para algún cumpleaños pero se iban rápidamente, en otras directamente no se las invitaba.
Llegamos al cumpleaños número 201 años de nuestra querida argentina de nuestro amado país. A pesar de la fecha no todos estamos de gala. La agasajada llega con varias heridas y con su alma dolida. Cansada de tanto votox, cirugías reparadoras y de invitados que se han dedicado en todas las fiestas a comer pero nunca a lavar o a pagar los platos rotos. Todos nos esforzamos por emprolijar  y maquillar a la agasajada para hacerla ver lo más linda posible, pero los años no vienen solo y los daños son varios, graves y muy difíciles de disimular. Los diagnósticos son varios algunos hablan de esperanza otros de enfermedad Terminal. En todos los casos le pedimos a Dios que la ayude y le devuelva la alegría y sabiduría que supo tener en otro tiempo, que le permita recuperar su fe en el trabajo, la educación y la justicia que la ubicó hace muchos años dentro de los mejores países del mundo.
También pedimos  devolverle el don de la enseñanza y el aprendizaje para que no vuelva a cometer los errores del pasado y pueda elegir mejor a sus futuros invitados. Pedimos al Creador que nos ayude a reconstruir nuestra argentina desde lo que hacemos todos los días. Desde nuestras ocupaciones y trabajos, desde los pequeños protagonismos cotidianos. Gracias

Prof. E.O.Videla Dicalbo.
José C. Paz, Mayo de 2011